
Gracias a Graciela y Fito, llegué a este planeta allá por el 69, un mes después de que el hombre pisara la Luna. Al año y ocho meses se sumó a la familia Luciana. Crecí en el barrio de Barracas entre el aroma a pastas frescas del negocio de mis abuelos paternos Francisco y Carmen, hasta que a los doce, el progreso con su autopista nos mudó a Avellaneda, en la provincia de Buenos Aires. Los veranos y fines de semana me perdía entre el barro y los frutales de la casa de mis abuelos maternos Chicha y Joaquín en Florencio Varela, donde aprendí a andar en bici sin rueditas.
El resto de mi infancia y adolescencia transcurrieron entre capital y provincia. Siempre me gustó dibujar, cantar y tocar la guitarra… hasta tuve un par de bandas de rock que sólo mis amigos recuerdan.
Aprendí a tocar la guitarra con mi mamá a eso de los ocho, repitiendo hasta el hartazgo “Yo vendo unos ojos negros”… La pasión por el canto, gracias a mis maestros de sexto, Guillermo y Ricardo.

A los diecinueve me recibí de maestro y a los veintitrés de técnico superior en publicidad. Estudié dibujo con el maestro Garaycochea aunque debo reconocer que fue el maestro de dibujo de la primaria, el profe Marchi, quien despertó en mì esa vocación.
Ya más grande asistí a todo curso de redacción, narración y creatividad que estuviese a mi alcance.
Trabajé como docente con chicos desde los tres años hasta los diecisiete y en publicidad como redactor creativo en agencias de publicidad.

Me encanta crear y desarrollar siempre nuevos proyectos. Tal vez mi vocación docente influyó en que mi creatividad siempre estuviera orientada al trabajo para chicos. Siempre me interesó generar cosas que despierten en los más pequeños esa chispa que los motive a expander sus horizontes y disfrutar de las pequeñas cosas que nos llenan el alma.
A los veintinueve conocí a Pau y decidimos empezar el nuevo milenio con otros horizontes, asi que en diciembre del 99 nos mudamos a Bariloche, donde vivimos actualmente. Aquí también trabajé como docente de grado, de música y de dibujo.

Dirigí durante tres años un taller de comedia musical por donde pasaron más de cien chicos con los que filmamos tres peliculas con las que nos divertimos como nunca.
Produje también junto a mi amigo Marcelo, durante tres años el programa El Atril, donde tuve la oportunidad de conocer a gente maravillosa relacionada con el arte y la cultura de nuestra ciudad.
Actualmente, con Pau tenemos nuestro estudio propio de diseño y publicidad en donde trabajamos para varias empresas de la ciudad.
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